sábado, 1 de diciembre de 2007

Confesiones Nocturnas

"Tranquilo...todo ahora esta bien."

Esa frase aún permanece en tu cabeza. Sigues despierto, aquella oscuridad te indica que aún es de noche, tus ojos a pesar de lo acontecido en aquellos últimos días siguen acostumbrados a la penumbra que alberga las frías e interminables noches que permaneciste de esta manera; recostado, mirando el techo de aquella habitación, pensando...

Pero ahora es diferente, ¿por qué lo digo? pues para empezar no hay más lágrimas en tus ojos y la almohada que siempre solías abrazar en dichas situaciones, no se encuentra entre tus manos sino bajo tu cabeza. Tu cuerpo está adormilado, el sudor lo recubre totalmente, tus látidos ahora son más tránquilos a comparación de lo que eran hacía minutos atrás en los cuales sentías que tu corazón estaba a punto de estallar con cada vez que se agitaba tu respiración y cerrabas con fuerza tus ojos, mordías tus labios y cerrabas tus ojos: sí... sí...

Cada vez que sentías aquel calor que te embriagaba de pies a cabeza, que te hacía suspirar y sonreír, que te mostraba sentimientos los cuales jamás habías experimentado. Nunca te habías sentido tan cómodo y tranquilo en la oscuridad de la noche, ¿verdad?

Miras hacia arriba una vez más. Está completamente oscuro pero tu sabés que haciéndolo encontrarás lo que buscas, el techo de tu habitación. No, no es el mismo techo que solías ver desde mucho antes de estar aquí; es distinto, plenamente distinto. Hay algo que lo diferencia y lo hace verdaderamente especial. Tu vista no lo puede creer: son estrellas, estrellas solitarias en aquel cielo de concreto que te alumbran acogiéndote entre sus plateados rayos y cálida iluminación. Cierras tus ojos y dejas que esos luceros nocturnos te guíen hacia el lugar que deseabas alcanzar en aquel momento.

Levantas tu cabeza poco a poco y volteándola hacia tu izquierda, contemplas la silueta de una figura que reposa sobre tu pecho bajo la manta que los cubre a ambos, rodeándola con tu brazo. Buscas sus ojos y eres testigo de la tranquilidad con que descansa en aquel lugar, su pausada respiración choca contra tu pecho cubriéndolo de una calidez infinitamente serena y pacífica. No puedes evitar el sonreír al ver como duerme tranquilamente a tu lado y pasas tu mano sobre su sedoso cabello, sonríendo cada vez que lo haces y cerrando tus ojos como si al que estuvieran acariciando fuera a ti... se siente muy bien... inclusive aún en el estado en que se encuentra, te demuestra cuan tranquila es la noche ahora que estás a su lado.

Besas su cabeza, teniendo cuidado de no moverla o hacer algun movimiento brusco que pueda despertarla, observas detenidamente la ternura de su rostro al dormir, como junta sus párpados lentamente y respira como si llevara un ritmo en su mente; una sonrisa se dibuja en su rostro, piensas para ti mismo que quizás este teniendo un hermoso sueño, agachas tu mirada, te sientes feliz de haber sido partícipe de que aquello fuera posible. Jamás habías sentido la calma y la paz de tener a alguien que se sienta protegido mientras duerme a tu lado.

La observas mientras duerme y te das cuenta de muchas otras cosas con respecto a su persona, cosas que solo se saben durante estos momentos y que son cosas que pocos son los privilegiados de presenciarlo. Dios mío, sus labios se ven hermosos por la noche, su rostro te llena de un sentimiento de comodidad que jamás habías sentido; quisieras estar así para siempre a pesar de que se han amado de la manera en que sólo dos personas que se aman con el corazón.

No puedes evitar el sentirte mucho más felíz ahora que la tienes así tan cerca, tan tierna, tan calmada, tan protegida. Observas su cuerpo bajo la manta, recorriendo toda su figura con tu mirada, porque ya lo has recorrido con tu cuerpo, has besado cada rincon de su piel y has percibido toda la esencia de su aroma, has bebido del delicioso néctar de sus labios y la has acariciado durante todo el tiempo que duró aquella fusión de sus cuerpos...

"Soy felíz, muy felíz" fue lo que pensaste, y es que en verdad, esta es la historia que prueba que los sueños sí pueden hacerse realidad. El amar con el corazón y ser amado con el alma, es algo que pocos experimentan en la vida. Cierras tus ojos, acurrucándote a su lado y finalmente puedes dormir en paz a su lado, protegiéndola y protegiéndote, juntos hasta la eternidad.


Amar es de valientes...
Soñar es de locos...
Amar y Soñar a la vez,
Pueden hacerlo pocos.

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