sábado, 1 de diciembre de 2007

Miro el calendario y veo el tiempo que ha transcurrido sin que estés a mi lado. Miro a mi diestra y veo la sombra de lo que una vez fui y me llama a volver a morar con ella, permaneciendo a su lado y siendo lo que una vez fui sin querer ser.

Miro hacia abajo y veo mis lágrimas acumuladas a mis pies, lágrimas que perforan el concreto y se funden una con la otra, formando una laguna cristalina, pero a la vez muy nostalgica.

Miro hacia atrás y veo a la gente feliz de su vida, no sé si sabrán la verdad de vivir o permanecerán viviendo una mentira, pero parecen felices, me pregunto que será experimentar aquello... bueno lo experimenté, pero que será el vivirlo en el día a día...

Hacia donde miro no encuentro nada que me pueda hacer volver al camino que escogí, y sin esperar nada, comienzo a levantar lentamente mi mirada, sabiendo que lo que busco no estará allí y por sobre mi cabeza veo como lentamente el sol comienza a morir, el cielo se torna de un color naranja y las nubes poco a poco se mezclan una con la otra, formando vorágines que parecen tragarse todo a su paso.

Lentamente, el día cambia a noche y hacen su aparición las estrellas, las guardianas reales, y luego en una entrada triunfal, aparece su ama y señora, Selene. Al verla, no pude evitar sonreír, ella al verme me iluminó y de alguna manera u otra que no se puede explicar con palabras pero que se puede sentir de muchas maneras, ella me hizo saber de que solo ya no estaba, de alguna manera u otra, Selene nunca olvida. Le pido de rodillas que me lleve donde está, pero ella tiernamente me dice de que aún no es tiempo, debo hacerme lo suficientemente fuerte para poder reinar a su lado, allá arriba.

Al escuchar aquella frase, no pude evitar caer sobre mis manos apoyándome contra el piso, sintiendo un gran vacío dentro de mí. Cuando levanté la mirada, mis mortales ojos no podían creer lo que veían: !era ella, al fin era ella! Se me acercó, lentamente, sonriéndome a cada momento, abrazándome con una ternura infinita, besó tiernamente mis labios como sólo una diosa sabe hacerlo, y mirándome a los ojos me dijo : "No te preocupes, todo saldrá bien...", desapareciendo en un rayo de luz y volviendo a su lugar en el cielo donde reina la tierra.

Cuando la vi, realmente me di cuenta de que solo nunca he estado, de alguna manera u otra ella está conmigo, lo único que necesito es volverme lo suficientemente fuerte como para ser lo mismo para ella, el no verla me provoca malestar, pero el recordarla me da las fuerzas necesarias para continuar mi viaje...

"Contando los dias seguiré, hasta que finalmente ascienda y a tu lado reinaré."

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