sábado, 9 de febrero de 2008

Amigo

Es extraño redactar esta entrada a más de un mes desde tu partida, pero es que en este momento siento las palabras necesarias que no pude decirte en aquel entonces. Tu partida fue tan repentina como tu llegada a esta casa: sin mucho bullicio y a escondidas. Recuerdo la primera vez que te vi: era un día cualquiera de aquellas vacaciones de verano, venía del cine con mi hermana y sobrino de ver la película "La Primera Vez" de los por entonces famosos Salserín; habiamos ido al cine City Hall, mítico lugar de reunión de cinéfilos en sus años dorados, meca del cine hindú en Lima la gris luego y ahora convertido en un Pare de Sufrir, en uno más de los cientos que hay en esta ciudad.

Abrimos la puerta de la casa y el silencio imperaba. No se escuchaba nada, sólo unos pequeños ruidos que provenían del baño, de donde una rendija de luz se escapa descubriendo la mirada de mi hermano contigo adentro; al parecer tu llegada había sido sin anunciar, quién diría que luego te convertirías en la mascota de la casa por un largo tiempo.

Tenías semanas de nacido, pero te veías triste y algo flaco; al parecer pasaste por mucho en tu por aquel entonces corto tiempo de vida y luego conocí tu historia: cachorro comprimido en los confines de una mochila, bajo el abrasador calor del sol y la axila de tu "propietario", te ofrecía por las calles como si te tratases de un cepillo de dientes, siendo pura la casualidad que mi hermano te encontrara y viera en ti al próximo heredero de un nombre con historia. Te bautizó como Kuky y te compró, llevándote bajo el brazo te llevó hacia su morada. Tus puntitos amarillos sobre tus ojos denotaban fatiga y cansancio, estar en aquella mochila de seguro fue algo duro para ti. Te compró una chanfainita y una botella de agua, devolviéndote la vida al instante y le supiste pagar con una caricia que sellaría aquel pacto entre amo y mascota. Estuviste con el unas semanas, pero el lugar donde vivía era muy chico para ambos y uno de los dos tenía que irse. Era obvio que mi hermano no sería el que partiera, pero te trajo a un hogar que te supo acoger y cuidar. Y fue así como llegaste a nuestras vidas...

Amigo mío, puedo decir sinceramente que nos viste crecer a todos nosotros; fuiste testigo de un sinnúmero de eventos entre estas cuatro paredes, presenciaste nacimientos, celebraste cumpleaños, pasamos malos momentos también, pero sabíamos que siempre contábamos con tu silente y paciente compañía. Siempre sabías como hacernos reír, consolarnos y hasta robarnos una sonrisa. Fuiste el engreído por mucho tiempo en este hogar. La llegada de mis sobrinos te hizo a un lado, pero aquello te ayudó a madurar y aprendiste a comportarte con niños cerca. Fuiste una de sus primeras palabras y también su niñero en contadas ocasiones. Todos en el barrio te querían, no había lugar por donde pasaras sin que te reconocieran. Admito que me sentía celoso de ti porque eras más conocido que tu propio dueño, pero tu presencia no pasaba desapercibida nunca. Fuiste el mejor Kuky de todos y lo seguirás siendo siempre.

Las navidades y años nuevos no eran tus festividades favoritas, te desesperaban los estallidos de los fuegos pirotécnicos al borde de la locura. Pasaste encerrado varias navidades, pero siempre te escapabas. Eras un bandido. Tus travesuras siempre son recordadas: como aquella vez que te encontré dormido en mi cama luego de que llegara de una fiesta, o la vez que te comiste mi comida... que dicho sea de paso estaba en un lugar alto y tapada, pero te la comiste igual.

Me diste los mejores años de tu vida y te lo agradezco, fuiste mi confidente y mi compañero en incontables ocasiones. Sabías escuchar y a pesar que no sabías hablar, siempre buscabas la forma de responderme de una manera sincera y amigable.

Tu partida fue muy injusta, aún tenías un par de años para ofrecer pero lamentablemente, el tiempo en las mascotas es traicionero y por circunstancias que no deseo nombrar, tuviste que irte. Realmente me hubiera gustado haberme despedido de ti, pero con estas palabras te recordaré para toda mi vida.

A ti, mi gran amigo y compañero, nos veremos algún día...



Kuky [1996-2007]

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